Hola muy buenas permítanme que me presente, soy nuevamente yo el “Chicken” tras los capítulos que publiqué en este apartado de “El Faro del Tiempo” ahora os voy a introducir en una historia profunda, muy profunda y que poco a poco iréis descubriendo. En “El Faro del Tiempo” aguante unos 5 ó 6 capítulos hasta que Ck productions lo vio y me lo publicó (publicidad: la 1ª edición ya está agotada y se ha hecho una 2ª a un precio de escándalo 600 pts, antes 1000 pts y ahora 600 pts. Aprovecha!! sólo en la botiga d’art “Sol i Lluna dentro de La Capsa fin de la publicidad)

Esta nueva historia se llama “El túnel de los Otros” y es un relato futuro oscuro con toques de amor, humor y odio, de reflexión, convivencia y subsistencia. Al principio es un poco rollo (no me gusta ni a mi) pero luego se va animando a medida que avanzan los capítulos.

“El túnel de los Otros” es una mezcla de realidad y ficción, ambientada en un lugar y tiempo imaginarios, los cuales iréis descubriendo en cada uno de estos capítulos.

Ya sin más y esperando que os guste, aquí tenéis la introducción y el primer capítulo...

INTRODUCCIÓN:

Junio año 2082  D.C.

Entre túneles y pasajes subterráneos de Barak como de hormigas se tratasen habitan los Otros unos seres que se asemejan bastante a la raza humana.

Rostros sin expresión en cuerpos que se mueven por impulsos.

Los Otros conviven en grupos de unos diez aunque son de carácter individualista, su único objetivo es la subsistencia, la búsqueda de alimento entre la oscura oscuridad.

Barak. Construcción realizada en las entrañas de la tierra a mediados del primer siglo del tercer milenio D.C. Está dividida en nueve capas atmosféricas conteniendo cada una un centenar de túneles independientes comunicados por pasajes.

Su fauna es simple, sólo tiene raíces, tierra, roca y algún que otro manantial subterráneo. Los Insectos y reptiles son junto a los Otros las especies que habitan Barak.

Es curiosa la redundancia pero ningún Otro es igual a otro, todos son diferentes. Nacen, crecen y mueren, sin más motivación que la de seguir vivo. Vivir y morir sin pasar por la placentera etapa de la reproducción.

Los Otros entre ellos no tienen “relaciones procreativas” aunque tengan genitales. Nacen como en embriones en algún lugar dentro de la primera capa de Barak 

Por eso la vida de un Otro consiste en ir y venir por los túneles y pasajes buscando raíces. Cuando agotan las existencias de alimento de una capa atmosférica, ascienden a otra capa sin preocuparse de nada más.  Comen, comen y ascienden. Una cosa curiosa es que cada vez que ascienden a una nueva capa tardan más tiempo en pasar a otra. Eso es debido a que cuanto más arriba se encuentran más abundan las raíces.

La vida de un Otro ronda los 40 años aproximadamente aunque su longevidad  la marca la casualidad. Si el grupo de Otros en la búsqueda de raíces se introduce en un túnel estéril, difícilmente podrían salir de él, lo que les causaría una muerte agónica.

Así es Barak, un oscuro laberinto de casualidad y subsistencia, donde no existen segundas oportunidades y la razón no va más allá de un gemido.

PRIMER CAPITULO: ATA Y OTO

9ª Capa, Barak,  décimo ciclo embrionario.

No es más que un grupo de siete Otros que ha encontrado una capa con la suficiente cantidad de raíces para acabar aquí sus días. El grupo aún no se lo cree. Engullen las raíces hasta que su organismo no admite más. Son las raíces más jugosas de todas las capas que han pasado. Una vez llenos, se tumban y se quedan dormidos en un feliz letargo.

No todo el grupo duerme, Ata y Oto todavía no han comido lo suficiente, y siguen su recolecta. Algo les ha llamado la atención en una de las bifurcaciones. Es una enorme y rígida raíz verde.

Ata y Oto comienzan a escarbar y a tirar de ella, pero esa raíz se les resiste. Tiran con todas sus fuerzas pero se sigue resistiendo. Ata no lo puede soportar más y la intenta morder, pero es una raíz muy dura. Los Otos es una especie que no se enfada, pero Ata ya estaba de los nervios con la dichosita raíz y la zarandea de un lado a otro hasta que cae al suelo. Oto cuando la ve en el suelo se tira a ella y la intenta morder, pero casi se deja los dientes en el intento. Ata con el mosqueo también se tira al suelo y la intenta morder, pero no logran sacar nada comestible. Lo que más le llama la atención de esa raíz son las manchas blancas que tiene en su interior “L-3: Sants-Estació”. Pobres no tienen ni idea.

Después de intentar roer y chupar la raíz de mil maneras, la dejan en el suelo y siguen escarbando en el mismo agujero del cual salió esa raíz, quieren encontrar otra raíz igual de grande pero esperan que esté más blandita.

Ata en su ansias tira fuertemente de una especie de raíz que sobresale del techo y se le viene encima una gran avalancha de trozos de piedra y arena.

Ata y Oto se tapan con las manos la cabeza para protegerse, y cuando se las quitan y abren los ojos, ven un rayo de luz, algo que no saben lo que es, pero les atrae y deciden seguir escarbando para hacer el agujero de la luz más grande.

Cuando por fin lo consiguen, sin pensárselo tres veces se introducen por él.

Y al asomar sus cabezas por el agujero no pueden dar crédito a lo que están viendo. Están en lo que parece la capa suprema, el sumum, el lugar donde se acaban los túneles y la oscura oscuridad y comienza el Reino de la luz y los lúcidos.

El techo era infinito y de él colgaba una gran pelota blanca en el centro rodeada de puntitos brillantes a su alrededor.  Atraídos por la nueva capa, comenzaron a caminar sobre ella. No entendían nada, pero parecía que les gustaba, había millones de raíces, pero parecía que estaba todo invertido, las raíces estaban en el suelo y no en el techo.

No sé ni cómo ni porqué, pero comenzaron a agudizar sus sentidos, sus sentimientos.

Ata rió y Oto al verla se contagió de su sonrisa. Era la primera vez que un Otro sonreía.

De repelente un enorme ruido que venía del techo borró de sus caras esas sonrisas, se produjo en sus cuerpos otra nueva sensación,  era el miedo, no sabían lo que les podía traer ese ruido pero no les gustaba nada, no querían quedarse sin su luz.

Empezaron a caer gotas líquidas que provenían de la nada, empapados de líquido transparente comenzaron a correr hacia una gran raíz sin techo, y se dieron cuenta de que allí no penetraban las molestas gotas.

Se miraron fijamente a los ojos. Otra nueva sensación, la atracción de sus cuerpos, ni Ata ni Oto sabían lo que estaba sucediendo y se fueron juntándose lentamente hasta que Oto por instinto acarició el rostro de Ata cambiándole a esta el brillo de sus pupilas, era algo parecido a lo que nosotros llamamos “amor”.

Las gotas que procedían de la nada cesaron y Ata y Oto prosiguieron su camino descubriendo nuevas y húmedas sensaciones, pero ¿ y los demás Otros ?

Increíble, jamás un Otro se había preocupado hasta tal punto de otro Otro.

Oto comenzó a correr hacia la entrada del túnel en busca de los otros.../..(continuará)